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sábado, 3 de noviembre de 2012

Halloween 2012 (y mi disfraz de 2 euros)

 Este año decidí no decorar la puerta de casa como el año pasado. Dante y yo nos disfrazamos y nos fuimos a la calle.
Necesitaba algo cómodo para vestirme y dar las tres fiestas antes de salir así que unas semanas antes preparé esta camiseta.
 Use fieltro- tul- encaje- abalorios - perlas-lazo naranja y una antigua hebilla de zapato.
Reciclé la camiseta y sólo gasté 1 euro en comprar una cuarta de tul decorado con figuras de Halloween plateadas que conformó la falda de la brujita (en estas fotos aún no estaba colocado).
 La otra manualidad  de este año fue este collar. El cuero negro ya lo tenía y los colgantes los compré por unidad a 0.30 céntimos. Tijeras- bruja- calabaza- llave-cochecito de bebé y calaveras.
El disfraz al final quedó de lo más ponible.
La falda la compré hace muchos años en Gibraltar. La tienda ya ni siquiera existe. Es de vuelo y tiene un filo de tul negro.
La he usado muchas veces antes para otros disfraces. Por ejemplo para el de corsaria.
Los calcetines y la bufanda del cuello pertenecen a un par de medias. Las compré en también en Gibraltar hace un par de años sin darme cuenta de que eran infantiles. Y las tuve guardadas en un cajón hasta que este año me decidí a cortarlas para hacerme los calcetines y el trocito del cuello.
Los mitones son del chino y me costaron 1.00 euro.
Antes de salir me coloqué una capa negra de raso y aunque tenía un sombrero de otros años al final prescindí de él para ir más cómoda.



miércoles, 9 de mayo de 2012

Otra vuelta al pasado... ¡El Hotel Rojo!

Cuando era niña era un peligro en potencia (esto lo sé ahora). Me encantaba investigar. Para mí no había nada mejor que un desafío (¿A que no te atreves a...?) una investigación o una aventura. Yo solía ver éstas últimas por todos lados y ocasiones. Siempre llevaba un "kit" de aventurera que me regalaron cuando proclamé a los cuatro vientos que de mayor quería ser Indiana Jones pero en mujer. Me regalaron la cartera la cámara de fotos e incluso una linterna para que pudieran ayudarme a tales menesteres.
Y nunca me faltaba mi libretita dónde apuntaba cualquier cosa que pudiera parecerme sospechosa. Creo que estaba demasiado influenciada por Enid Blyton y sus libros de los 5. Cualquiera que se acercara a mí en aquella época corría el riesgo de ser arrastrado por mis fantasías.
Me encantaba irme de excursión y nada me atraía más que una casa abandonada. Yo ya me imaginaba su historia y a sus antiguos habitantes o en su defecto a los fantasmas que seguro que la habitaban.
De entre todos los lugares que investigué de niña mi favorito era el hotel rojo. Ya por aquel entonces era un lugar abandonado y nunca supe nada sobre su historia. Resuenan en mis oídos algunas explicaciones sobre lo que pasó con él... ¡pero ahora no sé diferenciar si eran reales o explicaciones de mi propia imaginación!.
Ayer regresé allí y comprobé que los años me han dotado de una prudencia que entonces no conocía. También me di cuenta de que tengo en Dante a un digno sucesor de mis correrías. ¡Y esto me preocupa extremadamente!
Hoy he regresado pues como os digo ese lugar ejerce un inmenso poder de atracción sobre mí desde hace más de 20 años. Y esto es lo que hemos encontrado...
 Mi lugar misterioso preferido de la infancia está ahora bajando la cuesta...
 Accedemos a él por una pequeña ladera con un sendero de piedra.
 Me impresiona esta vista. Es la parte trasera. Las dos aberturas grandes pertenecen a la recepción y al comedor que antes estaban separados. Desembocan en una hermosa terraza con suelos de terracota y unas vistas espectaculares... Mirad...
 Estas hubieran sido las puertas del comedor. Al fondo el mar de la playa de Levante. Dante está sobre la terraza trasera del hotel.
 Al fondo estaba la recepción (el mostrador aún sigue allí al fondo). Dónde veis a Lola suponemos que estaba el comedor. A la izquierda la primera abertura corresponde a los baños de la planta baja. La segunda lleva a la zona de cocinas.
 Aquí estan las cocinas. Aún puede verse la enorme campana extractora ya oxidada. Al fondo del todo están las escaleras posteriores que bajan al sótano y suben a la segunda planta. El hotel tiene sótano primera planta (que es la que veis en estas fotos) segunda planta (dónde pudimos ver el bar y un terrazón al aire libre) y el ático. Creo que este último estaba destinado al personal de servicio. El cuadradito oscuro del fondo es una especie de pasa platos que lleva a todas las plantas.
 A la derecha una pequeña construcción. Creemos que podría ser el lugar destinado al almacén de materiales de mantenimiento o comida.
 La entrada principal. ¡En esos escalones me comía yo los bollos de pequeña!
 Esta es la entrada lateral. Es desde aquí únicamante desde dónde se puede acceder a las habitaciones del sótano. La escalera principal sólo lleva a las plantas superiores.
 Esta es la estructura que pensamos que servía de almacén...
 En esta foto cualquiera diría que el hotel está en ruinas... ¿no es bonito?
 La escalera principal junto a la puerta de entrada y su armario bajo la escalera.
 Este es un pequeño patio interior en el que ha crecido una enorme higuera. Da iluminación a las habitaciones del sótano (las más tétricas).


 El hueco del ascensor (sin ascensor)
 Ayer si bajé al sótano pero hoy no me apetecía nada (tenía bastante miedo y no sé muy bien porqué) ¡Por eso digo que los años me han cambiado mucho en ese aspecto!. Mandé a Fran con la cámara y esto es lo que encontró...
 El flash ilumina bastante pero doy fe de que este corredor es muy oscuro... Cuando le llamé dos veces desde arriba y no me contestó mi imaginación empezó a volar...
 Creemos que son habitaciones dobles.
 Baños del sótano. Al fondo otro patio interior.
 Se ve por las pintadas de las paredes que muchos han ido a ese sótano a invocar al rey infernal (palabras literales) y supongo que eso me influenció...
Nos quedamos sin espacio en la tarjeta para registrar con fotos los dos pisos superiores que ayer inspeccionamos. Tampoco os dejo fotos del extenso aparcamiento que también forma parte del hotel.
Y yo me pregunto... ¿de quién es? o ¿de quién era? ¿Qué pasó para que no llegara a inaugurarse? ¿Cómo es que no se ha demolido? ¿En que año se construyó y con que fin? porque... ¿estaba destinado realmente a  ser un hotel?
Si alguien sabe algo sobre todo esto... ¡no me dejes con la intriga!
Me gustaría mucho conocer la historia real del

lunes, 27 de febrero de 2012

¡Caperucita treinta años más tarde!


 Aquí estoy en los carnavales cuando todavía no había cumplido tres años.

Poco a poco conseguía comenzar a dominar la caida de babas y tenía cara de mollete de antequera.

¡Estaba en la guardería y ya entonces me encantaba el carnaval!

Treinta años más tarde se me antoja disfrazarme de caperucita de nuevo...
Compro tela en el mercadillo de a dos euros el metro y mi suegra me hace una capa monísima.
Tenía una blusa de un disfraz de posadera de los carnavales de mis dieciseis años ¡que volvía a quedarme bien!. Sólo tuve que cambiarle los lazos.
En lefties encontré por casualidad una faldita roja a 1.99 euros que me vino de perlas.
Luego en la plaza de mi pueblo encontré un puesto que vendía medias de hilo a 1 euro. ¡Me enamoré de ellas porque eran exactamente las mismas que llevé a los tres años!
Como lo mío no es la costura tuve que buscar una manera rápida y fácil de hacer un delantal. Con un paño de cocina que le robé a mi padre hice uno la mar de mono: sólo necesité pasamanería y lazo. Los botines rojos son del mercadillo y me costaron 6 euros. Y dos paquetes de extensiones de pelo del chino a 1.80 cada uno completaron el disfraz. Pecas en la cara y rojo de labios para el maquillaje. Y la eterna cestita que no sale en las fotos porque la dejé colgada en el carro de Dante.
Treinta años después esta caperucita tiene su lobo y ha visto por primera vez el entierro de la Concha Fina.
¡Han sido unos Carnavales fantásticos!

jueves, 8 de diciembre de 2011

DIY Collar Babero

El otro día descubrí unas siglas totalmente desconocidas para mí hasta ese momento DIY ("do it yourself"). Lo que vienen a ser las manualidades de toda la vida que hace una misma y para sí misma.
Ya hacía tiempo que no cogía una aguja así que me puse a pensar en qué podía usar mi escaso tiempo libre.
Hace un par de semanas que me he hecho lectora de blogs de moda. Y fue por allí dónde me encontré con estos collares baberos que fueron tendencia en verano.

Algo así:




Mi hermana me regaló hace tiempo un retal de piel que a veces he usado para ponerle algún detalle a mis broches de fieltro. Y pensé que sería una base ideal para un collar (no hay que sobrehilar ni coser dobladillo). Además es de color negro y me parecía que sería lo mejor para hacer destacar al collar sobre cualquier otro color...

 El primer paso consistió en marcar la tela con el dibujo del collar que iba a servir como base. Usé una especie de cera (de los colores de Dante) que dibujaba sobre la piel a la perfección.

                                                         Así quedó la pieza ya cortada...




Recogí todos los botones y piedras que encontré por los costureros. Reuní todas las cajitas heredadas de aquella antepasada costurera y compré una cajita de perlas de tamaño mediano en una tienda china. Todavía no sabía muy bien como decorar mi collar. El caso es que me gustan las cosas más bien simples y después de haberle cosido lentejuelas y piedras además de perlas deshice lo hecho para quedarme tan solo con una decoración de perlas. Por último pensé la manera de abrochar el collar. Y me decidí por un encaje negro bastante ancho rescatado de entre las labores inconclusas de mi madre y que debe tener más de cincuenta años...

Y este ha sido el resultado final:





¿Qué os parece?

sábado, 12 de noviembre de 2011

EL BEBÉ Y LA LUNA


Hace unos meses gané un concurso de relato corto en el foro de Trini Tinturé. Aproveché el romance que todavía hoy tiene mi hijo Dante con la luna para que me sirviera de inspiración y esto es lo que dió como resultado. Espero que os guste...

"Era sólo un bebé cuando la vio por primera vez y ya nunca pudo desprenderse de su imagen. La señalaba con su dedo regordete, entre gritos excitados y risas emocionadas. Cuando consiguió articular su primera palabra fue para llamarla a ella, siempre extasiado por su belleza blanca.
Fue creciendo, como su amor inexplicable e intrincado, para convertirse en el niño que siempre llevaba el reflejo frío de ella en sus ardientes ojos color azul índigo, observándola desde su lugar secreto, el oscuro y desolado claro del bosque.
Y cuando comenzó a lanzarle poemas al viento en la esperanza de que ella los recibiera, viendo pasar las estaciones... cuando se espalda ya había ensanchado y su sonrisa era capaz de cautivar a cualquiera de las jóvenes de los contornos, sólo entonces la luna por fin le habló:
- ¿Me quieres?
- Como a nadie podré querer nunca.
- Pues sube y quédate conmigo.
- ¿Cómo podría hacerlo, dímelo?
- Te espero dentro de tres noches en el claro del bosque. Te convertiré en mi estrella y ya nunca conocerás amor humano.
- No hay lugar en mi corazón para una mujer, pues te amo sólo a ti. - exclamó con vehemencia.
Como la luna era muy desconfiada y había sido testigo de las debilidades humanas, receló inmediatamente de las palabras del muchacho. Ideó una prueba cruel para conocer los verdaderos sentimientos del que, desde hacia tantos años, le admiraba cada noche.
El joven contó los días con impaciencia y a la tercera noche se presentó en el claro del bosque, firmemente decidido a dejar la tierra para encontrar su hogar en el cielo.
Pero algo había cambiado, el claro no era el de siempre. Una casa, cuyos muros se hallaban repletos de flores y enredaderas, se erigía ahora frente a él. La puerta de frío acero, coronada por un arco vegetal, estaba cerrada.
En aquel instante escuchó la voz. Musitaba una canción de cuna. Dedicó una sonrisa a la luna y miró de soslayo  hacia el lugar del que llegaban los sonidos amortiguados de unos pasos. Y la vio:
le faltó el aire, un dolor ardiente se extendió por su pecho y se le enturbiaron los ojos, pues los latidos de su corazón se alojaron de repente allí.
Tenía una larga y ondulada melena rubia, casi blanca, como si sus cabellos fueran hebras de fina plata, que caía suave hasta la cintura. Su piel resplandecía blanca como la leche y sus ojos eran grises, grandes y rodeados de espesas pestañas. Tenía la boca pequeña y la nariz puntiaguda. Su vestido, vaporoso y del color del nácar, flotaba alrededor de sus pies desnudos. Trenzaba una corona de flores entre sus finos dedos.
La luna se estremeció de placer. El muchacho ya era suyo para siempre.
La espigada figura se detuvo frente a la puerta y le miró a los ojos con los labios entreabiertos.
- ¿Vives aquí?
- Sí.
- ¿Cómo te llamas?
- Eso no importa.
- ¿Puedo volver a visitarte?
- Sólo durante el día. Nunca me encontrarás aquí por las noches.

Él asintió a todo. Por primera vez en su vida dejó de mirar al cielo y regresaba cada día, desenado poder saber más sobre ella, sobre su misteriosa vida, sobre la figura que se insinuaba bajo los vestidos blancos, queriendo llenar con palabras los vacíos sin respuesta.
Diez años más tarde se atrevió a pedirle matrimonio, pero ella ni siquiera le contestó. Cuando pensaba a qué dedicaría su amada las noches creía enloquecer de celos, pero no encontraba las fuerzas para dejarla marchar.
Pasaron los años, muchos años. El llegaba al bosque apoyado en su bastón, la espalda arqueada, la imagen frágil, sus manos arrugadas y manchadas, sus ojos color índigo empañados ya por la falta de visión.
Pero ella seguía tan joven y hermosa como siempre, como la primera noche que la conoció. Cómo la única noche en la que le había visto.
El último viaje al claro,
el corazón enamorado, pero demasiado viejo...
Y por fin una respuesta:
- Me llamo Luna.
Una última exhalación, los ojos cerrados, una travesía rápida y la caricia más cálida jamás recibida.
- En verdad me amas.
Y una nueva estrella comenzó a brillar junto a la luna."



Dedicado a todos aquellos que alguna vez vivieron un amor imposible...

martes, 1 de noviembre de 2011

HALLOWEN Parte 2


Ayer fue un día de preparativos. Viendo que el tiempo nos iba a acompañar decoré la entrada de casa. Tengo que decir que NO es costumbre en mi ciudad ver una casa decorada en Halloween .
Por eso no me extrañó ver que los curiosos hacían fotos desde la acera opuesta a nuestra casa.

Así quedaron las calabazas este año. Y ayer almorzamos una crema de calabaza buenísima (el año pasado hice la tarta típicamente americana y no tuvo mucho éxito).


Por la noche prendimos las velas y hasta Luna se apuntó a la fiesta (la perrita que se ve delante de la puerta).
LLevé a Dante a una fiesta en el parque del barrio y luego regresamos a casa. En veinte minutos ya estaba yo maquillada. El vestido y el peinado (cardado con polvo talco incluído) me llevaron otros diez minutos más.
¡Mi hijo ni se inmutó al verme disfrazada de novia muerta! El iba de vampiro elegante. Formabamos una buena pareja.




El vestido y el tocado son los de la boda de mi hermana en el año 1988.
¡Puedo presumir de haber asustado a un buen puñado de incautos! jajajajja.


La pareja de la noche...
Y Dante aprovechando el tiempo y metiendo la
mano en el bowl de los caramelos...


Recibimos muchas visitas y lo pasamos ...
¡DE MIEDO!

domingo, 30 de octubre de 2011

HALLOWEEN Parte 1


Que Halloween me encanta no es ningún secreto. Y me alegro muchísimo que la fiesta vaya teniendo cada vez más arraigo e importancia en nuestro país. ¡Lo que hubiera dado yo de pequeña por haberla podido vivir como lo hacen los niños hoy! De todas maneras cada año me desquito. Ahora ya mi marido talla calabazas por tradición. ¡Y yo me encargo de los disfraces y la decoración!


                   Esta es la banderola de Halloween que cosí el año pasado. Está hecha con fieltro.
 La nueva adquisición de este año: un gorrito salido de una tienda de segunda mano...
              La diadema y la calabaza del año pasado (¡Y los kilos de más que ya desaparecieron!)
Mañana Dante será un vampiro y su mamá (yo) una novia cadáver. Vamos a ir a una fiesta en el barrio y a decorar la entrada de la casa... pero eso será mañana...