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jueves, 18 de agosto de 2011

¡Afrontando un trauma infantil con éxito!










En 1979, el año en el que yo nací, se publicaba el primer libro de "El pequeño Vampiro", escrito por Angela Sommer-Bodenburg.








Mis padres eran socios del "Círculo de Lectores" y tuve la suerte de conocer esta colección de libros con unos ocho años.

Podía pasarme horas escondida en mi casita de tela, leyendo y releyendo los libros, siempre deseosa de tener la próxima entrega, esperando ansiosa al señor del círculo que venía cada dos meses.






El protagonista de las aventuras era Anton, un niño alemán a los que sus padres dejaban solo por las noches muy a menudo y que un día recibió la inseperada visita de Rüdiger, un vampiro muy peculiar. Ni que decir tiene que en mi mente fantasiosa me imaginaba que un día también un vampiro me visitaría a mí y por eso dejaba la ventana entreabierta...




Por aquel entonces yo creía en brujas, aventuras, vampiros, enigmas, espiritus; leía libros para ser una buena detective e investigaba "casos" con el Detectinova que me habían traído los reyes. De mayor quería ser "Indiana Jones" pero en mujer.

Hoy día tampoco he cambiado tanto en mis aficiones: ¡me encanta "Cuarto Milenio" que engloba un poco todo lo anterior!. Pero vamos a centrarnos, que me voy del tema...



Y entonces llegó 1989. Yo tenía 10 años y no estaba muy convencida de querer hacer la comunión. Las catequesis me aburrían soberanamente, no entendía nada o casi nada de lo que me explicaban, y me hacian repetir como a un lorito cosas que escapaban a mi comprensión de niña.


Y una de esas tardes, que creo que llovía (recuerdo haber pensado: ¡otro motivo más para no ir a catequesis!), pusieron en la tele la serie inspirada en los libros: Der Kleine Vampir, el pequeño vampiro. Entonces yo no lo supe, pero se trataba de una serie de 13 capítulos y una sola temporada, y claro, en dos semanas de pesada y aburrida catequesis, la serie pasó de largo y yo no podía evitar enfurruñarme cuando comenzaba la sintonía y ya me estaban guiando hacia la calle.



Me perdí la serie por hacer algo que los adultos habían decidido por mí que yo tenía que hacer.

Más tarde siempre mantuve la esperanza de que la repusieran. ¿Cuántas veces emitieron "Apartamento para tres" o "Vacaciones en el mar"? ¿Acaso pasa un verano sin que veamos a Pamela Anderson en su ceñido y patialto bañador rojo de los "Vigilantes de la Playa"?

Nunca repusieron esta serie. Con la llegada de internet busqué por todas partes sin resultado. Lo más que pude ver, hasta ayer mismo, fue el trailer de la serie en Youtube.

Pero ayer fue un día maravilloso porque ... ¡encontré la serie entera! Yo digo que a veces es increíble como la gente se une por una causa común. Ya fui testigo afortunada de esto al participar en la reedición de las aventuras de Esther y su Mundo (en lo que a la recopilación de los tebeos se refiere) ¡y ahora he encontrado la serie de mi infancia que hará que pueda mirar con otros ojos la foto de la comunión!

Hoy he visto el primer capítulo con una bolsa de pastas rellenas con chocolate por compañía. Y he pensado lo curiosa que es la vida. He tenido que esperar 22 años para que llegara este momento y he afrontado mi trauma infantil con éxito!